SE SOSTUVO COMO VIENDO AL INVISIBLE

Hebreo 11:27
En estos tiempos difíciles, mantener la firmeza espiritual, no es fácil. Algunos afectados por el virus convid-19, otros hay vivido la muerte física de sus familiares y cercanos, y una gran mayoría afectados por la cuarentena y las consecuencias económicas que esta conlleva, la perdida de sus trabajos, de sus negocios, hasta algunos han perdido sus viviendas, muchos ya no disponen de dinero para comprar alimentos y mantenerse ellos y a su familia, otros presentan depresión o angustia o tristeza por el cambio en su vida cotidiana.
Los cristianos podemos estar sufriendo de una o varias de estas situaciones, ante el temor, el miedo, la angustia, las dificultades no dejemos de recordar que somos hijos del todopoderoso Dios, quien cumple su palabra y sus promesas para con nosotros. Algunas veces, por algunas razones que no conocemos, retarda su repuesta, sin embargo, debemos entender que el esta en total control de su pueblo, conoce nuestras necesidades, ha demostrado en su palabra y también en nuestras propias vidas ser proveedor, sustentador, protector.
El cuidado de Dios por nosotros es muy cierto, en las dificultades no debemos dejarnos vencer por el desánimo, la duda, el temor, la angustia. Cuando nos sentimos así recordar lo que nos dice el apóstol Pedro:
1Pedro 5:6-7 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; :7 echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
Moisés fue un siervo de Dios ejemplar, obediente, manso, firme, quien demostró aun estando en Egipto, su determinación de buscar las promesas del Altísimo, desprecio las bendiciones materiales que poseía por ser hijo adoptado de la hija del faraón, prefirió el maltrato.
Hebreo 11:24-25 Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, 25 escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado,
Tenía su mirada, su atención en obtener el galardón que Dios había prometido para la descendencia de Abraham.
Hebreos 11:26 teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón.
Moisés dio un buen testimonio en toda su vida, por su fe, la fe que poseía en Dios y en sus promesas, en su poder y en su fidelidad.
Su fe, su confianza era tanta en Dios, que dejo Egipto y todo lo que poseía, y no tuvo temor de la ira del faraón, porque este podía intentar hacerle daño, azotarlo, encarcelarlo y hasta matarlo, Moisés confiaba en que con todo su poder no podría hacerle daño, porque Dios estaba con él. Moisés no desmayo, se mantuvo firme, se sostuvo como si pudiera ver Altísimo, no podía verlo físicamente, pero su fe, confianza en Dios lo sostuvo como si pudiera ver al Altísimo.
Hebreos 11:27 Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible.
La confianza que poseía Moisés, fe tan grande en Dios que lo convirtió en el hombre más importante en la formación del pueblo de Israel y tal vez el más importante del antiguo pacto, tanto que él mismo profetizó que Dios levantaría un profeta como él, una profecía relacionada con Jesús.
Esta confianza deberíamos poseer todos los hijos de Dios, mantenernos firmes, sostenernos confiando en Altísimo, entender que está con nosotros y que el poderoso puede cuidarnos, librarnos, sustentarnos y fortalecernos.
Confiemos en el Altísimo.

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