BIENAVENTURADO EL QUE VELA, Y GUARDA SUS ROPAS PARA QUE NO ANDE DESNUDO Y VEAN SU VERGUENZA

Apocalipsis 16:15

Introducción:

El problema que existe con las prácticas y costumbres que se hacen por muchos años, es que llega el momento en que se realizan monótonamente, de forma automáticamente. No hay pasión en lo que se hace, no es más que una costumbre.

Esto nos puede ocurrir en nuestra vida espiritual, nuestra adoración a Dios, nuestras oraciones, nuestros cultos, nuestro servicio a Dios y a su iglesia llegan a ser una serie de actos que realizamos cotidianamente, de la misma manera que comer, ir al mercado, limpiar, bañarse, etc.

Nos descuidamos, nos adormecemos en la cotidianidad, en las costumbres, en el vivir día tras día y nuestra adoración a Dios viene a ser una parte más de esa cotidianidad. Perdemos el primer amor, y hacemos las cosas para Dios como una serie de actos que debemos cumplir, ya no tenemos las misma pasión y amor que teníamos al principio por Dios , por escrudiñar su palabra, por compartir con los miembros del reino, por combatir al pecado, por predica el evangelio, nos volvemos tibios en la fe, no le damos lo mejor de nosotros a Dios, nos conformamos con darle un poco de nuestras vidas y sin darnos cuenta hemos caído de la gracia.

Por otro lado, otros se dejan llevar por el mundo y sus malas obras, por los deseos de la carne y terminan cayendo en el engaño del pecado. Se sienten bien siendo cristianos y practicando el pecado.

En ambos casos, dejan de estar alertas, adormitados y descuidados en el mundo y el pecado.

A los cristianos del primer siglo se les advirtió de las cosas que habrían de suceder pronto, y se le estaba dando la carta de apocalipsis para que estuvieran alertas, para que tuvieran animo y no desmayaran, por todas las cosas que habrían de suceder. Dios les estaba diciendo que Él estaría con ellos y no los desampararía, en el capítulo 16 de apocalipsis les estaba advirtiendo que desataría su ira sobre la tierra y sus moradores, les habla de las siete copas de la ira de Dios, que derramaría sobre la tierra. Todos estos eventos causarían daño, enfermedad y dolor sobre los hombres. Apocalipsis 16:15

Como todas estas cosas habían de suceder, los cristianos debían estar preparados, alertas. En varias partes de su palabra, Dios nos manda a velar, queriendo animarnos a que estemos despiertos, alertas, examinándonos y auto evaluándonos para determinar si andamos correctamente, si estamos en la fe viva, sirviendo al Señor y creciendo en el conocimiento.

  1. He aquí, yo vengo como ladrón.

El ladrón no advierte el día y la hora en que ha de venir, llega de sorpresa cuando menos las personas lo esperan. La mayoría de las veces el ladrón sorprende a sus victimas y estas muy pocas veces están preparadas para defenderse o reaccionar rápido. Jesús esta advirtiendo a sus discípulos que vendría como un ladrón, de manera sorpresiva, cuando nadie lo espera. Esta expresión ha sido usada como advertencia para cuando Jesucristo venga por segunda vez. 1Tesalonicenses 5:2 Es una advertencia para sus discípulos para que no se descuiden y específicamente les estaba exhortando a que nos estuvieran descuidados para cuando fuesen derramadas las siete copas de la ira de Dios.

  1. Bienaventurado el que vela y guardan sus ropas.

La palabra bienaventurado, significa feliz, dichoso y así es llamado por Dios aquellos que velan. Los cristianos que velan, están alertas, espiritualmente despiertos, no se descuidan, no se duermen en los deseos de la carne, de los ojos, ni en la vanagloria del mundo, no se complace en el pecado lo combaten en sus propias vidas, no le dan más importancia a su vida que a Dios, se esfuerzan por estudiar su palabra, en comprenderla y retenerla, se preocupan por llevar el evangelio de salvación al perdido, oran constantemente, se esfuerzan por servir, animar, ayudar a los hijos de Dios, sus hermanos en la fe, se esfuerza por mantener enterrado al viejo hombre con sus vicios, pecados, etc.

Aquellos que son diligentes en todo esto están “despiertos”, están velando y por esta razón son felices, dichosos, están ansiosos de que su señor regrese, que venga pronto y les rescate de este mundo, los lleve a las moradas eternas, cumpla pronto sus promesas. Y efectivamente cuando su señor regrese serán dichosos, felices para siempre. Dios se complace de sus hijos que velan, que están despiertos, que son diligentes, están firmes, son esforzados, es su voluntad. 1Corintios 16:13 Los que pecan o practican el pecado, no conocen a Dios. 1Corintios 15:34

La referencia que se hace con esta alegoría es que el ladrón llega de sorpresa en la noche, cuando las personas están dormidas, no están alertas ni preparados, están desnudos seguros en su casa.

  1. Para que no ande desnudo, y vean su vergüenza

Cuando el ladrón llega están desprevenidos y son sorprendidos por el ladrón, su desnudez queda expuesta ante el ladrón y aquellos que son testigos de esta situación. Aquellos que están enredados en el pecado y en el mundo, en el fondo de su ser no quieren que Jesús regrese todavía y que tampoco el señor les saque de este mundo. Quieren más tiempo en este mundo. Muchos están confiados en que aún no regresará. Estos cristianos están expuestos, sin ropa, sin las ropas espirituales que Jesús da aquellos que obedecen, ellos no saben que están desnudos, dormidos bajo la potestad de las tinieblas.

A la iglesia de Laodicea, Jesús les dice que están desnudos, pobre y ciegos, cuando ellos creían todo lo contrario. En esta condición no deben estar los cristianos, sin embargo, vemos que en el primer siglo los había, como también en nuestro tiempo los hay. Apocalipsis 3:14-17 Jesús promete que por ser tibios los vomitará de su boca, como algo desagradable.

Cuando Jesús regrese, muchos cristianos estarán desnudos, expuestos ante la mirada de todo ser humano que ha existido desde Adán y Eva. Para estos sería un día de vergüenza, tristeza, dolor y miedo. No lograron vencer, se dejaron llevar por la carne, el pecado, el mundo.

El consejo del apóstol Juan, permanecer en Cristo, para que tengamos la confianza de que recibiremos la corana de vida en aquel día y no tener que alejarnos avergonzados a la condenación eterna. 1Juan 2:28

Para otros ese día será de alegría, gozo, de conquista por haber logrado perseverar hasta el fin, día de honor, honra y gloria. Romanos 2:5-10

Conclusión:

Velemos debidamente, estemos alertas, despiertos, vestidos, esperando el regreso de nuestro señor en cualquier momento.

Las promesas y bendiciones que Dios nos dará son invaluables, no hay nada en este mundo, ni en el pecado para arriesgarnos a perder tan maravillosas promesas.

Seamos diligentes, esforzados porque Dios nos dará la corona de vida, la vida eterna y el cielo por herencia eterna.

 

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