PARTICIPANTES DE LA NATURALEZA DIVINA

2 Pedro 1:3-11

Introducción:

Jesucristo hizo expiación por los pecados de los hombres para que estos fuesen purificados de sus pecados, mediante el perdón de estos, permitiendo ser reconciliados con el Todopoderoso. Pocos entienden que los hombres han estado bajo la autoridad de las tinieblas, bajo el dominio del diablo y del pecado, satisfaciendo los deseos de la carne y viviendo apartados de Dios. El sacrificio de Jesús y la obediencia a la fe, ha permitido que algunos hayan sido trasladados de las tinieblas al reino de Jesucristo.

Los cristianos pertenecen al reino de Jesús, son ciudadanos del cielo, hijos de Dios y herederos de todas las promesas que Dios ha dado a los que le obedecen. No obstante, los hijos del reino tienen una lucha feroz contra la potestad superiores de maldad, contra el pecado, contra la carne y sus concupiscencias, siendo estos últimos los más difíciles de combatir y de vencer. Aun con los años los defectos que poseíamos en lo que éramos antes de obedecer, aún siguen batallando en contra de nuestra santidad. Algunos cristianos han avanzado con mucho éxito y otros van lentamente y otros avanzan un poco y luego retroceden, pero siguen intentándolo.

Dios quiere que participemos de su naturaleza divina, para ello nos ha dado su palabra, para que adquiramos conocimiento de que espera de nosotros, nos da mandamientos, normas, consejos, instrucciones para que crezcamos espiritualmente, alcanzando la madurez espiritual que nos permita aprender e imitar sus cualidades divinas. Su orden es que nos despojemos del viejo hombre con sus pecados, vicios y nos vistamos del nuevo creado según Dios, para buenas obras y llegar a la estatura de Cristo.

Cuando hablamos de naturaleza, nos viene a la mente la creación de Dios, la tierra, los océanos, los animales, las plantas, la lluvia, la sequía, las leyes que rigen toda la creación de Dios, etc. No obstante, esta palabra también es usada con relación a la esencia, características, cualidades e inclusive defectos de los seres humanos, a su ser interior, a su manera de ser y de actuar.

Es usada con relación a Dios a su naturaleza divina, su esencia, características y cualidades que la podemos ver por medio de sus obras y también podemos aprenderlas estudiando su palabra. Dios quiere que participemos de su naturaleza divina, que lleguemos a ser como Él, que tengamos en común con Él sus mismas características y cualidades. 2 Pedro 1:3-4

  1. Las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder

Estas cosas nos han sido dadas por el conocimiento que hemos recibido de aquel que nos llamó. Sabemos que Dios ha llamado a todo el mundo al arrepentimiento y a la obediencia, solo algunos han recibido y obedecido el llamamiento. El llamado nos ha sido hecho mediante el evangelio que es el poder de Dios para salvación. Al recibir este llamado Dios ha dado todas las cosas necesarias, el conocimiento y la ayuda para vivir como Dios manda, piadosamente, agradándole en todo y haciendo las obras que preparó de antemano para que anduviésemos en ella. Nos ha dado preciosas y magnificas promesas, para que por ellas escapemos de la corrupción, del pecado que existe en el mundo. El anhelo de alcanzar estas maravillosas promesas debe llevarnos a huir de las obras de las tinieblas, negarnos a satisfacer los deseos de la carne.

  1. Para que lleguemos a ser participantes de la naturaleza divina.

La naturaleza divina, es la esencia de Dios, sus cualidades, sus características que son totalmente contrarias a lo que la mayoría de las personas poseen y a las que posee el diablo. Para llegar a ser participantes de su naturaleza divina, debemos conocer a Dios, aprender Quien es, como es, como actúa, etc. y esforzarnos por imitarlo, tratar de ser como Él es. Efesios 5:1 De esta manera tendremos en común con Dios sus cualidades divinas y seremos participantes de ellas.

  1. ¿Cómo podemos lograrlo? Siendo diligentes.

Nos dan una guía llena de instrucciones de cómo podemos llegar a ser participantes de la naturaleza divina.  Esto lo lograremos si somos diligentes, esforzados, dedicados, difícilmente el perezoso, el indiferente, el tibio lo logrará. El mandato nos dice “poniendo toda diligencia”, otras versiones bíblicas lo traducen esfuércese, pongan empeño. 1 Pedro 1:5

Nos describe todos los pasos, obras y cualidades que debemos añadir a nuestra naturaleza humana para parecernos a la naturaleza divina. Nos ordena que nosotros añadamos, no es Dios quien lo va hacer, su Espíritu Santo nos ayuda, pero quienes deben ser diligentes en agregar, añadir estas características es cada persona que quiere ser participante.

  1. Añadir a nuestra fe, virtud.

Nuestra fe está fundada en la palabra de Dios, todos los que hemos obedecido al llamado de Dios, tenemos fe y esta debe ir creciendo a medida que aprendemos de palabra y la ponemos por práctica. A nuestra fe debemos agregarle virtud, son las acciones u obras que son consideradas moralmente buenas, altruistas, dignas de una persona buena, disposición hacer lo bueno, lo correcto.

  1. A la virtud añadir conocimiento

El conocimiento es indispensable para crecer espiritualmente, para agradar a Dios, para que nuestra fe crezca, para poder hacer lo que Dios manda, para poder cambiar e imitar a Dios. Colosenses 1:10

  1. Al conocimiento añadir dominio propio

El dominio propio es la capacidad de dominar nuestra carnalidad, nuestras pasiones carnales, nuestro temperamento, nuestro carácter. Para participar de la naturaleza divina debemos poder dominarnos. 2 Pedro 1:6 Dominio propio es lo mismo que templanza, tener el temple, el carácter para dominarse así mismo. Es uno de los frutos del Espíritu Santo.

  1. Al dominio propio añadir paciencia.

La paciencia es una de las cualidades más difíciles de aprender. Pero a través de las tribulaciones, de los problemas y de aquellas cosas que no dependen de nosotros, vamos aprendiendo a tenerla. Esperar con tranquilidad, en paz. Romanos 5:3

  1. A la paciencia añadir piedad.

Piedad es una palabra que está relacionada con la devoción que tenemos por Dios, por su iglesia, por su palabra, es una actitud de compromiso hacia Dios. La piedad la vemos en aquellas personas que dedican tiempo y esfuerzo al reino de Dios, predican el evangelio, viven en santidad, oran y leen la palabra constantemente, , son fieles, firmes, etc. NVI 2 Pedro 1:6 al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios;

  1. A la piedad añadir afecto fraternal

Este es el cariño a los hermanos, el amor entre hermanos que involucra los sentimientos. Es un amor verdadero sin fingimiento. Desarrollar este amor no es fácil, porque es necesario la convivencia, la comunión, el compartir para poder desarrollarlo. 2 Pedro 1:7

  1. Al afecto fraternal añadir amor.

la palabra amor es agapé o agapao que es un amor de pensamiento, de decisión, de determinación. Tal vez no conocemos a los hermanos, tienen costumbres y actitudes diferentes a las nuestras, pero decidimos amarlos y actuamos conforme a esa decisión.

Conclusión:

Participar de la naturaleza divina, esforzándonos por imitar a Dios y poseer sus cualidades divinas debe ser una de nuestras más grande prioridades, diligentemente procuremos desarrollarlas y así tenerlas en común con Dios.

Mario Arellano

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