TODO AQUEL QUE PERMANECE EN JESUCRISTO, NO PECA

1 Juan 3:6

Introducción:

Hablar del pecado y de las consecuencias que este trae sobre la vida espiritual de las personas, es un tema que a muchos no le gusta.

Prefieren que se les hable de un Dios perdonador, amoroso, benigno, misericordioso, paciente y no oír de un Dios que es fuego consumidor, que es castigador, que no dará por inocente al culpable, que enviará a gran parte de la humanidad desobediente a la condenación eterna.

Esto no es nuevo, porque también ha pasado con el pueblo de Dios de la antigüedad, y pasa con su pueblo actual.

La verdad es que, si quitáramos de la biblia todas las exhortaciones, reprensiones, advertencias en contra del pecado, y de todos los castigos que Dios infringió a los desobedientes; nos quedaríamos con un libro extremadamente delgado, desaparecería gran parte de la biblia.

¿Por qué es tan importante el tema del pecado? Porque es lo que nos aparta de Dios, nos hace caer de la gracia y nos lleva por el camino de la condenación eterna.

La mayoría de las religiones del mundo no quieren oír ni enseñar sobre estos temas, de hecho, han establecido la herejía de que no importa cuánto el ser humano peque ni que tan grave sean sus pecados, si creyó en Jesús la salvación no se pierde ni se puede caer de la gracia. Isaías 59:2

El mayor peligro del pecado es la incredulidad. El que peca deliberadamente hasta desechar la palabra de Dios o el que vive practicando el pecado, no cree que eso le separe de Dios y continuamente tienta a Dios, pensando que le siempre le va a perdonar.

Juan conocido como el apóstol del amor, exhorto en sus cartas a no pecar, a no practicar el pecado y identificó a los que practican el pecado con su padre, el diablo. Anima a amar y obedecer los mandamientos de Dios.

Dice muchas cosas en su primera carta, pero estudiaremos que quiso decir: “El que permanece en él, no peca”. 1Juan 3:6

  1. No podemos decir que no tenemos pecado.

Esta es la porción favorita de muchos, porque entienden o creen que hay una licencia para pecar. Tu pecas, yo peco, ellos pecan, todos pecamos, por tanto, no podemos señalarnos o juzgarnos los unos a las otros. 1Juan 1:8-10

Basado en esto muchos dicen que todos somos pecadores, uniendo o mezclando al que se ha limpiado de todo pecado en el bautismo, con los que no han obedecido al evangelio. Continuamente repiten todos somos pecadores.

La dificultad que tienen es que Juan les contradice en toda su carta. Dios es luz y en él no hay tinieblas, no hay pecado, no hay maldad, por tanto, sus hijos deben andar, vivir en luz y no en tinieblas. 1Juan 1:5-7

Si andamos, vivimos, actuamos en luz tenemos comunión con Dios. ¿Qué sería lo contrario a esto? Si andamos en tinieblas, en pecado, nos mentimos a nosotros mismos y a los demás, y no practicamos o andamos en la verdad.

Claramente Juan comienza exhortando a no andar en el pecado, y si llegásemos a fallar, podemos confesar nuestros pecados y Jesús nos limpia de todo pecado.

  • Esto os escribo para que no pequéis.

El propósito de lo que viene hablando y hablará posteriormente en la carta, es exhortar a obedecer y a no pecar. Algunos cristianos no comprenden o no quiere comprender que no deben pecar, que no deben vivir en el pecado. 1Juan 2:1-4 

  • Ser hijos de Dios conlleva una gran responsabilidad.

Ser hijos de Dios es un gran privilegio que se nos ha concedido, y conlleva una gran responsabilidad de nuestra parte Dios nos ama y nos ha dado la bendición de ser su familia. Como sus hijos debemos actuar, vivir como él es y quiere. 1Juan 3:1-2 

El que tiene esta esperanza, mediante el conocimiento que da Dios, sabe que tiene grandísimas promesas, se purifica así mismo con la meta de ser puro, limpio, sin mancha como lo es Cristo. 1Juan 3:3

Cristo vino a quitar nuestros pecados, a limpiarnos de nuestras iniquidades. Si el dio su vida para purificarnos del pecado, ¿porque algunos creen que tenemos licencia para pecar?

¿Porque es puro Jesús? Porque no hay pecado en él. 1Juan 3:4-5

  • Todo aquel que permanece en él, no peca.

Permanecer significa perseverar, estar en Cristo, tener comunión con Cristo. Es la condición de relación personal, intima, cercana que poseemos con Jesús.

Permanecer: meno

Strong. Morar, durar, perdurable, permanecer, permanente, perseverar, persistir, posar, quedar, retener, vivir

Vine. Permanecer, posar, quedar(se), perseverar, persistir, posar, vivir.

1Juan 3:6 Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. 7 hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. 

Si existe esa relación, no pecaremos. El contexto nos muestra que no está hablando de pecados eventuales que podamos cometer, por descuido, por yerro, por ignorancia, o si en algún momento decidimos hacer algo malo aun sabiendo que estaba mal.

Se refiere a estar pecando regularmente, a la práctica constante del pecado, vivir en el pecado. Hay pecados que generalmente no se comenten una sola vez: fornicación, Adulterio, murmuración, chisme, hipocresía, ira incontrolada, la raíz de amargura, el rencor, la insensatez y el carácter contencioso, la incredulidad, etc.

La historia externa, nos indica que en aquel entonces existía los gnósticos, quienes creían que la carne era mala y que por esta era imposible dejar de pecar, por lo cual todos los seres humanos no podían dejar de pecar, incluyendo los cristianos, ni podían vivir en santidad.

Juan les enseña que no es cierto, que los que están en Cristo Jesús no practican el pecado, no pecan. Aquellos que creen que pueden andar pecando, se engañan o se dejan engañan, y tampoco han conocido a Cristo, no saben quién es ni lo que representa para su salvación.

Y había cristianos como los hay hoy, que tienen esta condición.

Si realmente hemos nacido de Dios, si hemos sido enseñados por Cristo, si tenemos su palabra morando en nuestros espíritus, no practicaremos el pecado. 1Juan 5:18 

Dios nos cuida espiritualmente hablando, por medio de su palabra, esta es poderosa para transformarnos, para hacer que aborrezcamos el pecado como Dios lo hace, para hacer que agrademos a Dios e imitemos a Cristo. 1Juan 3:9 

No puede pecar, significa no puede habituarse a practicar el pecado. El nacido de Dios no debe vivir practicando el pecado, viviendo en él.

Debe ser santo porque Dios es santo.

¿Cuál o que es la simiente? ¿Por medio de cual nacimos de Dios? su palabra.

1Pedro 1:22-23 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; 23 siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. 

No tenemos licencia para pecar, para andar haciendo lo malo, para vivir en el pecado.

Si respetamos a Dios, al sacrificio de Cristo y a su palabra: No estaremos continuamente haciendo lo malo, ni siquiera ante los hombres. 1Pedro 2:15-16 

Jesucristo es puro y en él no hay pecado, sus discípulos, los hijos de Dios, deben andar y vivir como el anduvo: en amor, pero también en santidad, no habituados a vivir y practicar el pecado. Romanos 6:22-23 

Los que practican el pecado, están espiritualmente muertos, separados de Dios.

Juan el apóstol del amor, llama hijos del diablo, a los que practican el pecado; dirigiendo su mensaje a cristianos. Esto implica que hay cristianos que viven y se comportan como hijos del diablo.

Así como Jesús les dijo a los fariseos que su padre era el diablo, Juan les dice a los cristianos que practican el pecado, que le pertenecen al diablo. 1Juan 3:8  1Juan 3:10 

Todo aquel que no hace justicia no solo se relaciona con el amor que debe tener hacia su hermano, sino con el verso anterior que nos habla del que está habituado a pecar.

1Juan 3:9  Ninguno que sea hijo de Dios continúa en el pecado, pues tiene la nueva vida que Dios le dio y por esto no puede seguir pecando. 

  • El pecado de la incredulidad.

¿Es posible ser cristianos y ser incrédulos? Si, es la advertencia que el autor a los hebreos les hace a los cristianos; recordando el mal ejemplo de Israel, durante su travesía por el desierto. La incredulidad es un pecado grave, que carcome la fe. Hebreos 3:12-14 

La incredulidad a que se refiere no es que no crean en Dios, si creen, son cristianos, pero incrédulos porque no creen en todo lo que nos enseña Dios en su palabra. Creen en Dios, pero no le creen a Dios, todo.

Al estudiar lo que hizo mal Israel, entendemos que fue la desobediencia, la incredulidad, el irrespeto a la palabra de Dios; tentaron en muchas oportunidades a Dios; hasta que finalmente despertaron su ira.

Números 14:22 todos los que vieron mi gloria y mis señales que he hecho en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez veces, y no han oído mi voz,

A veces no entendemos, que cuando se irrespeta la voluntad de Dios, continuamente, podemos llegar a rebasar la paciencia de Dios, como lo hizo Israel. Es la misma advertencia que se nos da en la 1era carta de corintios y también en el libro a los hebreos. Dios los castigó severamente, “NO RECIBIERON LA PROMESA, NO DISFRUTARON DE LA TIERRA PROMETIDA.” Números 14:23 

¿Hermanos, hasta cuando Dios va a ser pacientes con aquellos que a sabiendas están haciendo lo malo? Que día tras día están practicando el pecado, iniquidad tras iniquidad. Todo el tiempo están tentándole, retándolo, desobedeciéndolo. No creen que Dios les va a castigar, o que les puede desechar, ellos creen que Dios es fuego consumidor para los del mundo. Hebreos 12:25 

Ellos desecharon a Dios, porque no le escucharon ni le obedecieron; siendo el pueblo de Dios y les desecho ¿ha Cambiado Dios?

Conclusión:

No tenemos permiso o licencia para practicar el pecado.

Dios sabe que, en nuestro camino a la perfección, eventualmente caeremos, pecaremos; hizo los arreglos para aceptar nuestro arrepentimiento y suplicas de perdón, por medio de Jesús quien intercede por nosotros y nos limpia de todo pecado, nos presenta ante Dios justo, santos. Dios espera que realmente corrijamos.

Pero si alguno vive en el pecado, practica el pecado, está en gran peligro de perdición eterna.

El que permanece en Cristo no practica el pecado.

Mario Arellano

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